El kirchnerista que no vota a Scioli

por Diego Genoud


Se pasó los últimos 12 años defendiendo al gobierno nacional. Volvió a creer en el peronismo, comenzó a juzgar distinto a los periodistas que antes admiraba y perdió amigos con los que creía coincidir en todo. Se entusiasmó con muchas decisiones, se enojó con muchas otras pero se juramentó respaldar a Cristina hasta el último día. Siempre cuestionó a los sectores que habían formado parte del menemismo y a los dirigentes de origen liberal que escalaban posiciones en el organigrama del gobierno. Pero lloró la muerte de Néstor Kirchner y se espantó ante cada frase de una oposición que hace política para la clase media alta y los empresarios.

Durante los años noventa, vivió con tristeza las privatizaciones, el desempleo, las relaciones carnales y la frivolidad. Su padre había sido dirigente sindical peronista de un gremio poderoso y lo había hecho nacer a la política en un mundo que hoy ya no existe. Su padre, que había llegado también a presidir un club de futbol, fue el que lo formó en lo político y en lo personal. Sin idealizarlo nunca, respetó a Hugo Moyano por oponerse al menemismo y enfrentar en la calle la reforma laboral de Fernando De la Rúa y Chacho Álvarez. A partir de 2003 y durante ocho años respaldó la alianza del gobierno con el jefe camionero. Cuando la Presidenta, rompió con Moyano, se quedó del lado del gobierno y cuestionó con más fuerza que nunca todas las prácticas sindicales que había conocido desde siempre.

Fue siempre un crítico de la Iglesia Católica y del liderazgo de Jorge Bergoglio. Lo vio como el jefe de la oposición y, cuando el cardenal se convirtió en Francisco llegó, lo siguió cuestionando en voz baja pese a que muchos de sus amigos comenzaban a venerarlo.

Cuando entendió que el Frente para la Victoria no tendría un candidato propio para competir en las elecciones presidenciales, empezó a pensar en votar a alguno de los ocho candidatos que querían convertirse en herederos de Cristina. Prefería a cualquiera, menos a Scioli. Se ilusionó cuando vio que Florencio Randazzo avanzaba en la campaña con críticas a los tres candidatos que aparecían arriba en las encuestas y fulminaba al gobernador bonaerense.

Siempre dijo que nunca iba a votar a Scioli. Y lo mantiene. A pesar de que ahora es el candidato y de que cuenta con el respaldo de la Presidenta. Lo conozco. ¿Es el único?