Leopol Bloom y Stephen Dedalus caminan

por  Hugo Savino



Dos que vienen del burdel están parados en la calle, en distintas veredas, dos hombres banales, ninguno de los dos quiere volver a casa. Buscan un poco de alivio en la conversación irlandesa, a la una de la mañana del viernes 17 de junio. Leopold Bloom un vendedor de espacios publicitarios, con una esposa que lo cuernea mucho, como a cualquier hombre, judío, casi un extranjero, que no emigrará al continente. Que dijo: “La tierra no tiene fin porque es redonda”. Y Stephen Dedalus, un poeta. Que lleva este lema en el bolsillo: “Quiero intentar expresarme a mí mismo por medio de un modo de vida o arte tan libremente como me sea dado y tan plenamente como esté a mi alcance, usando para mi defensa las únicas armas que yo mismo me permita: silencio, exilio y astucia”. Los dos salieron de un huevo irlandés. Son dos errantes en el viento de la vida.

Esta viñeta es un anticipo de un libro que estamos preparando con Daniel Merro Johnston. Leemos con James Joyce el sentido que se hace y deshace en los capítulos 16 y 17 del Ulises. Caminamos con Leopold Bloom y Stephen Dedalus. Un acercamiento o un punto de vista.

Ilustrado por: Daniel Merro Johnston