En el marco de la conmemoración del 8 de marzo Día Internacional de las Mujeres


Nosotras, mujeres defensoras de los derechos humanos y los bienes naturales, desde la diversidad de identidades y organizaciones integrantes de la Alianza frente a la Criminalización, nos unimos este día para conmemorar la lucha histórica de nuestras madres y abuelas, ya que junto con sus resistencias ancestrales, hemos enfrentado todas las formas de dominación sobre nuestros cuerpos y sobre la naturaleza.

La problemática de violencia contra las mujeres defensoras es un fenómeno patriarcal, histórico, social y complejo que afecta nuestra vida cotidiana en las diferentes dimensiones comunitarias, rurales y urbanas; así como en las relaciones que establecemos frente a la familia, la comunidad, la organización y el Estado.

Con grave preocupación denunciamos el acoso y la violencia sexual como instrumentos de ataque e intimidación contra las diversas formas de lucha y resistencia de las mujeres defensoras de territorios, por el Estado, mediante medidas como la imposición de estados de sitio, militarización y acciones de la policía nacional civil; así por actores no estatales tales como empresas nacionales y transnacionales, guardias privados de seguridad y guardaespaldas de terratenientes.

La estigmatización pública, criminalización, persecución, judicialización, encarcelamiento y femicidio contra defensoras de territorios, comunicadoras, migrantes y mujeres de comunidades de la diversidad sexual y de género, constituyen formas de violencia política, que actualmente estamos resistiendo. El último informe de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Guatemala -Udefegua- demuestra que las agresiones contra las defensoras se incrementaron de un 25% en el año 2012 al 54% en el 2014.

El costo económico que las defensoras asumimos con nuestras luchas por la defensa de los bienes naturales, está afectando nuestra sobrevivencia familiar: muchas somos madres solteras, viudas y compañeras de presos políticos y no contamos con ningún tipo de protección por parte del Estado; al contrario, éste ha ido retirando, en los últimos años, los pocos servicios sociales a los que teníamos acceso.

En virtud de lo expuesto, las defensoras de derechos humanos:

Demandamos al Estado de Guatemala que, apegado a la Constitución Política de la República y a los convenios y tratados internacionales de derechos humanos, incluyendo los derechos de los pueblos indígenas, garantice la protección de las defensoras de derechos humanos, nuestras hijas e hijos, y reconozca públicamente nuestra contribución a la lucha contra la impunidad y la corrupción, así como al fortalecimiento de la justicia y la paz en el país.

Urgimos a la comunidad internacional a que desarrolle mecanismos específicos para la protección de las defensoras de derechos humanos basados en estándares y directrices tales como las Directrices de la Unión Europea sobre los defensores de los derechos humanos y las Directrices de la UE sobre la violencia contra las mujeres y la lucha contra todas las formas de discriminación contra ellas.

Llamamos a la ciudadanía a conocer y reconocer el aporte para la defensa de los derechos humanos de las mujeres y de los bienes naturales, que realizan cotidianamente, con sus diferentes identidades, niñas, mujeres jóvenes y mujeres en comunidades rurales y urbanas; porque con nuestro cuerpo sostenemos la resistencia y aportamos a la construcción de un mundo más justo.

Saludamos, reconocemos y nombramos a nuestras hermanas Bárbara Díaz, de las Doce Comunidades en resistencia en San Juan Sacatepéquez, presa política desde septiembre de 2014 y a Blanca Azucena Méndez del Comité de Desarrollo Campesino, Codeca, presa política desde octubre 2014. Con el ejemplo de lucha y resistencia de ambas caminamos hoy en las calles para demandar justicia y respeto por nuestros derechos humanos como defensoras de nuestros cuerpos y de nuestra tierra.

Iximulew, viernes 6 de marzo de 2015