Inmersión en el Silicon Valley: Ritornelo 8
por Carolina Di Palma
Salimos de casa
y vemos un cartelito sobre un árbol que dice “no corte este árbol”, Cupertino ciudad de calles con árboles y
un código QR para más información, colgado con una chinche. Caminamos hasta el Caltrain y viajamos una
hora y media hasta la estación de San Francisco. Subimos a un taxi: el Muelle 15, el Exploratorium, es el destino. Pasamos
debajo del Bay Bridge y vamos por la costanera hasta una escultura de un gran
arco y flecha que nos indica que la velocidad máxima es 30.
El Exploratorium es un gran galpón de
experiencias interactivas para chicos y grandes. Se divide así: Sistemas de
vida, Imágenes microscópicas, Ver y mirar, Tiempo y movimiento, Electricidad y
magnetismo, Medioambiente, Observatorio, Fenómeno Humano, Caja negra, Domo
táctil, Estudio webcast, Tinkering o
bricolaje, Primeros pasos.
Exploramos la
geometría del luz, con sombras 3d, la sala monocromática, con zootropos que
hacen bailar a robots, jugamos a un
pacman con 4 comandos, con espejos cóncavos, con cámaras oscuras, con la sensibilidad a los colores, tocamos
todo tipo de instrumentos musicales, hicimos circuitos integrados, bailamos con
sensores de temperatura, nos metimos a un teatro circular, miramos a través de
un montón de microscopios, olimos y nos multiplicamos en pantallas.
La señal más
importante del museo sobre la emancipación es el “what s going on”, un apartado
que tiene cada experiencia donde cuentan cómo sucede lo que
experimentamos. La frase “piensa con las
manos” es una nueva forma de hablar de la experiencia. “Fabricar cosas y
desarrollar ideas con nuestras propias manos nos ayuda a comprender”, dicen, y
agregan: “Detente, acomódate y haz algo que sea importante para ti, desde
aparatos divertidos hasta conexiones sorprendentes entre sistemas mecánicos y
fenómenos naturales”.
Durante las
cinco horas que pasamos ahí dentro nos sorprende la palabra “percepción”, “Percibiendo
a otras personas, investiga el modo en que nos percibimos a nosotros mismos y a
los demás” y la palabra “milagro”, cuando leemos una etiqueta si compramos un
bolso, “El Exploratorium y el Parque
Nacional de Conservación Golden Gate están comprometidos con el conocimiento, la protección y celebración de
nuestro mundo desde lo ordinario hasta lo milagroso. Nuestro especial interés
en aprender y enfocar sobre lo divertido ha sido realizado con Golden Gate
bridge, Fort Mason y otras áreas donde se da un encuentro excitante entre la
belleza y la ciencia de la Bahía
de San Francisco”.
Vamos al store
y leemos la literatura y recordamos mucho la idea de Silvia Delfino acerca de
las nuevas tramas de los consumos culturales sobre los trucos. “Hace tus
propias ilusiones 3d, “Para disfrutar y dibujar tus propias ilusiones”, “Los
secretos del Kirigami”, “El arte del bricolaje, especial de conductores de
electricidad, abre este libro y descubre como hackearlo”. “Intersección entre
arte, ciencia y tecnología” y “Masters
of Deception, Escher, Dali y otros artistas de las ilusiones ópticas”, libro
que nos compramos para investigar. Comemos
ensalada de rúcula, espinaca, queso, manzana ralladas, pasas de uvas, nueces y
una sopa de calabaza con semillas y pimienta. Todas las opciones de comida
“organic”.
Al
Exploratorium lo bacan Pacific Gas and Electric company, Chevron Human Energy,
Genentech del grupo Roche y el diario San Francisco Chronicle.
Ya es casi de
noche, buscamos un taxi pero paramos una bicicleta doble taxi. Hablamos en
español con su conductor mexicano que nos lleva hasta Market Street donde esta
Twitter. Y ahí tendríamos que ir hasta el fondo del mar, en vez de surfear, y
llegar a Yuri Milner, el ruso que se hizo millonario invirtiendo en Twitter y
Facebook dinero de inversores rusos que fueron juzgados por fraude e
enriquecimiento ilícito allá. Un hombre que se compró una casa en Los Altos por
100 millones y que dice estar convencido
de que el microblogueo es el mecanismo de influencia más grande del mundo,
porque “ejercer o intentar ejercer
influencia es algo que la gente hace con frecuencia”.