¡Siga Chupando, Valeriano!

por Marcelo Laponia


(textos anteriores de esta polémica: Los JM (de Marcelo Laponia) // Laponia la tenés adentro: la polémica con Valeriano (de Diego Valeriano)

Festejé en un reciente artículo la escritura deseante (simpática homofobia) de Valeriano. Sexo y discurso constituyen un combo tan necesario como imposible. El recato o el exceso se apoderan siempre de nuestro lenguaje. Y es que no hay un lenguaje “sexual”, sino que todo lenguaje tramita de algún modo nuestro ser-sexuado.La homosexualidad –creo que es el caso- ha sido siempre el mas esquivo de los nombres. Parece hablar de homogeneidades cuando sólo busca la diferencia. Frases dela poética maradoniana como “la tenés adentro”, o “seguí chupando”, tienen un encanto innegable. Me siento amigo de Valeriano en este punto, pero tempo por él cuando malinterpreta esta poesía.

Sucede que Valeriano es algo torpe con los símbolos (esto le fue ya muy señalado). Cuando critica arrasa. También eso me gusta él, por supuesto, aunque le resta destreza en la polémica. En su destemplada respuesta a mi ocurrencia sobre abandonar laliteraria letra K por unas letras próximas (J y M) ha vuelto a hacer de las suyas. Me dice que a la K (de Konsumo) la tengo adentro (corazón y billetera). Y que el desalojo de los Qom en el norte, motivo de mi alejamiento, es un motivo secundario y hasta olvidable.  

Me divierte el modo de razonar de mi (a pesar suyo) amigo Valeriano. Pura pincelada gruesa; estelar sobreactuación de Los reventados de Asis. Le envidio su autenticidad literaria, esa virilidad decadente, tan conurbana, y pseudo Barra en la escritura. A fuerza de sostener un tono, se tienen seguidores aquí y en cualquier otro rubro. Su punto irresistible es el goce. El goce del consumo. El goce del capital (o Kapital). El goce del que la lame y no deja de lamerla, porque sólo aferrado al falo imaginario y contundente del otro es capaz de percibir su propia vitalidad. Escena extrema de sumisión, la del goce de Valeriano. No es entonces la billetera, querido amigo, ni el asunto cristiano del corazón. Es otra cosa…otra Kosa.